Las mujeres son seres preciosos, pero así como su belleza exterior cautiva los sentidos, el interior femenino cautiva por razones muy diferentes. Así como generalmente las mujeres se distinguen de los varones por su voluntad de comunicarse- construyendo la realidad a través de la palabra compartida- al mismo tiempo, sus silencios interiores cavan dimensiones oscuras y enigmáticas. Difícilmente alguien podría explorar esas honduras espirituales y tratar de hacer comprensibles los pensamientos y sensaciones que allí se congregan. La artista japonesa Akino Kondoh es alguien que lo ha intentado y de ello se derivan esta serie de imágenes desconcertantes, de fuerte y profundo simbolismo. Una exploración interior fecunda y memorable.
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